Qué tiempos estos los que nunca imaginamos
a veces esto de la sencillez a gente como nosotros nos cuesta
no hay otro encuentro adicional, sólo éste
esta banqueta justa de la lluvia y el milagro
caucásicas intensiones de lo que los cuerpos dicen mejor que las palabras
o el aire no alcanza
ni el cuerpo, ni el tiempo.
A estas alturas deberíamos saber lo durísimo de la felicidad
Yo no anduve el desierto sin zapatos
estas espinas no son mías, son del encanto
que ha perdido todo horizonte, todo monte, toda niebla
a la mejor la luna lo perdona cuando termine el llanto.
Apareces desnuda
lejana de todo caos
tejes el puente y cruzar el abismo.
Leve y tibia a los ojos entras
te mueves como una serpiente de ritual
me diste la manzana que le diste a Adán.
a veces esto de la sencillez a gente como nosotros nos cuesta
no hay otro encuentro adicional, sólo éste
esta banqueta justa de la lluvia y el milagro
caucásicas intensiones de lo que los cuerpos dicen mejor que las palabras
o el aire no alcanza
ni el cuerpo, ni el tiempo.
A estas alturas deberíamos saber lo durísimo de la felicidad
Yo no anduve el desierto sin zapatos
estas espinas no son mías, son del encanto
que ha perdido todo horizonte, todo monte, toda niebla
a la mejor la luna lo perdona cuando termine el llanto.
Apareces desnuda
lejana de todo caos
tejes el puente y cruzar el abismo.
Leve y tibia a los ojos entras
te mueves como una serpiente de ritual
me diste la manzana que le diste a Adán.
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