Thursday, June 30, 2005

Noches

Tengo el corazón sobre el respaldo de la silla
tendido como un pobre saco
que me quito después de andar el día entero con él.
Supongo que también en los sacos hay cansancios
aunque estos sean menos quejumbrosos que los nuestros.
Las paredes mujer, las paredes
si vieras como me encierran estas paredes.
Soy la mitad de lo que viste, cuando nos vimos
a tientas con las manos. Y nos examinamos
como debieron examinarse dos ciegos en cautiverio.
Amor, sabes que eres amor de Lunes a Domingo
sin un día de descanso te amo, amor.
Aquí mi amor te espera abierto
como una moneda dispuesta que nadie se atreve a levantar.
Te espero, a qué no sé qué de distracción
y despiste, en ese momento me veas
y me levantes del suelo.
Estas manos
son la herramienta
estos recovecos son los que te esperan.
Como una cueva a la que nunca ha entrado la luz
quiero que me ilumines con la antorcha que de tu mano prendas.
Enciénde amor, quema.

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