Mujer qué escobro te ves
que falta de agua, seca, de vida
ahora no sabemos quién trepó a quién
si la avaricia fue tobillos primero, y luego pantorrillas
o esta vez sólo la soberbia, y sólo ella.

Sacada de la nada, recién nacida
como si venir al mundo te hubiera vuelto ciega
y no ves, y tampoco quieres.
Hay piedras eso es cierto
pero el camino que esté libre de piedras que se tire a las culpas.

No te hace bien
verstir el funeral antes del luto
por fuera como quieras
pero no por dentro.

Mujer a veces no de piel, de piedra
que te dices no y no con la cabeza
sin que nada vuelva a su sitio
aparece una sombra de nada violenta sombra
maldita ¿por qué no eres un espejo?
y nada es, nada es. Nada.

Pero nada
nunca es nada
nunca será nada
no es que yo crea que la pared es la que se aleja
eres tú
eres tú.

Desnuda los ojos

Te acomodas en el placer
como si allí hubieras nacido
a lo mejor naces
porque vienes
y nacer es venir
y si
vienes.
Te he dicho espera
pero nunca dije qué espera
la que tuve antes
noches de lobo, y luna acediante
algunas de lluvia inexplicable
y otras solo llanto.
Esa espera
esa pregunta de todos los días
¿cuándo?.
Ahora es cuando.
Nunca he dicho bastón para ciegos y bastón para cojos
ni salto de agua
balcón desnudo sí
pero nunca qué tan desnuda estuve cuando me cubrí.
Pero decir, no es más que decir
esto, lo nuestro, lo de otros
árboles, farol y dragones.
Nunca has mirado ese sitio.
A veces se me olvida que no vives en mis ojos como si fueran cuevas
tan sólo en mi mirada.
Parece que allí hubieras nacido
en la intersección en la que incensate vuelves de caer
vuelves a caer.

Helos aquí, ellos son los Rotos

Los amores de una vida

Sine qua non

Mujer no hemos perdido la batalla
sabes que los milagros se presentan a diario
que los gastos imprevistos o cualquier pregunta sometida cuestionario
todo es parte, todo es parte.
A veces que hablo contigo a solas
no hago otra cosa más que hablar conmigo.
En tierra de sordos vivo
en tierra de sordos he aprendido
que estas no son más que dos o tres cositas
que uno no ve, pero en las que no se dejar ir.
¡Si yo me dejara!
Nunca he invitado a la desgracia a tomar café.
Es esto, lo que nadie entiende
es esto, lo nuestro, lo de nadie más
fuera de nosotros las alas no vuelan sin plumas.
¿Has oído de los pájaros sin alas?
Existen y no para vivir felices, sino para enseñarnos una lección.
No he perdido, no he perdido nada.
Desde que no te he visto, desde que nunca te conocí
hasta siempre amor.
No perdamos nada.

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