Monday, November 27, 2006

Paternalidad

Le he dicho en la cocina, que podía irse mucho al carajo. Le he dicho que me tiene harto, que no sé que qué hace vivo, que si teme morir, porque de morir no estaría dejando nada, ni la vida, esa vida suya que no es nada. Ni feliz, ni radiante, ni amorosa, ni divertida, ni productiva, ni útil, ni nada. Que he visto su rostro ir y venir y que esos pasos, han dado lo mismo, porque además de ensuciar con lodo que siempre trae, además de eso. Nada.

En realidad, sólo le dije que si algún día podía escuchar algo bonito de su parte. Pero yo sé que no. Quizá su vida está hecha de fibras mal cosidas y mal entralazadas que dan sólo malas coberturas y malas apariencias y muchas molestias, ya que, las molestias siempre son malas.

Tengo dos certezas, que nunca podré contar con él y que cuenta malos chistes. A veces me dan ganas que en vez de que le festejen su estúpidez, como si fuera algo festejable, lo ayudaran a crecer, a ser hombre, a ser humano, a pensar en algo más que no sea él, y que empiece a ser un hombre de 46 años.

He aprendido más yo que llevo 17 años por estos rumbos que él. Pero no es el tiempo, sino las ganas. ¿Cuántas veces no he cursado matemáticas? no es el tiempo, son las ganas en definitva. Son las ganas.

Ni siquiera me dan ganas de matar a papá, hasta eso se me haría, con él, una pérdida de tiempo.

Friday, November 24, 2006

Una ambulancia circula a lo lejos
no hay manera de saber que esta noche que no sabía sería fría
no hay un conocido por allá un amado o amada
sin saber de nosotros
desfalleciendo.

A lo lejos la sirena inunda la noche con su cercanía
y dos o tres perros ladrando al compás.
Qué madrugadas de insomnios podemos decir del amor
que es un ataque epiléptico en media calle
o una pancarta que nadie lee.

A estos encuentros de mortficadas lágrimas
nos decimos esto
el amor es guardar compostura
y unos dulces insípidos por años
y una cursilería cualquiera.

Una ambulancia circula a lo lejos
hay que tener dos milímetros de sangre para saber esto
el amor no es ninguna astucia
ni mucho menos morirse pensando que sí es.