Tuesday, February 20, 2007

Carmina José

Me he pasado la noche en vela sólo pensando en Carmina José. Creo que de los tres hijos que tiene sólo le ha causado alegría el de en medio. Se casó porque salió embarazada, así, porque no supo distinguir en un hombre la intención de llevarla a la cama y la terminó confundiendo con amor. Ya en su desgracia, se casó, por las buenas leyes que aquí proceden con el hombre que la embarazó, así dice ella, pero el hombre nunca estuvo sólo a la hora de embarazarla, para eso, ella tuvo que estar siendo más que testigo de eso.
Y tuvo al segundo niño ella allá puesta sobre sus cuentos de hadas irrumpidos abruptamente, no se casó con el príncipe, se casó con el dragón. Es un problema, el de ella una ceguera aguda e irremediable, imposible porque su ceguera es espiritual y no de otra índole.
Aunque el gusto quizá sólo le haya durado lo que dura un filete de buen corte en el congelador del refrigerador, o mejor dicho, lo que dura un pan en medio de un parque infestado de palomas. ¡Pobrecita! si yo puediera darle lentes para que diera una clara lectura de su caligrafía. Me da lástima. Le tengo una tierna lástima, que hace llorar de impotencia y ternura para rayar al borde de todo y acudir a la máscara de la indiferencia porque sólo viene y me cuenta malas noticias, y las dice con una cara de un dolor que podría asegurar es perpetuo.
Le ha dolido todo hasta ahora, y ella ha ido dejando que el dolor le entre como una humedad que inevitable entra a la casa, se cuelga sola en la pared detrás del sofá y se pone a vivir con nosotros, bajo nuestro techo, en la más evidente ignorancia, porque no existe quien se detenga a mirarla, no por lo menos, en esa casa.
Está embarazada y en marzo cumple los 41. Un niño de su nuevo marido, el cual no hallo la hora en que se pudieran casar. A Él lo entiendo, es una mujer hermosa y magnífica pero ciega. Y Él pues, un gañan apestoso, con rostro de nada, y vida de nada y magnífica mujer al lado, de nada,porque no ha sabido bien amarla, y ella con él no ha sabido quererse, ni amarse un poquito. Lo sé, porque si lo hiciera no estuviera con él.
Yo la quiero, pero ella está ciega, yo no puedo tomar su vida por ella, sólo ella se puede tomar a sí, pero está abandonada hasta por ella misma.
Ayer me habló quebrada en llanto, me dijo que Rubén se ha ido de casa, (de su casa, porque es de ella), yo me alegré por eso, pero me asusté cuando ella, estana echa un llanto, extrañándolo y otra vez me he puesto la máscara de la indiferencia y le dejado el auricular en la mesita, mientras ella lloraba, un llanto que yo no era capaz de soportar.

Monday, February 19, 2007

2-3



uno...